Tengo un mensaje corto para aquellos que están experimentando una situación dolorosa, abrumadora. No me estoy dirigiendo a aquellos que ahora disfrutan de un tiempo de descanso después de sufrir, los cuales no están con dolor ni pena. Gracias a Dios por esos tiempos de tranquilidad y descanso.
Más bien, yo recibo tantas cartas de preciosos seguidores de Jesús, los cuales están viviendo con penas profundas y situaciones de crisis increíbles: divorcio, hijos drogadictos o en prisiones, la muerte de un conyugue. Una mujer que está tan enamorada de Jesús acaba de perder a sus tres hijos que murieron sofocados en un fuego. Un pastor se lamenta por su esposa, la cual lo dejó a él y a sus hijos por una amante lesbiana. Y son muchas las personas devotas que están abrumadas con penas y dolores.
Tengo un mensaje para usted que está sufriendo dolor y pena, usted que está viviendo con lamento o dolor. En el Salmo 40, David clamó, “Me han rodeado males sin número…Quieras, oh Jehová, librarme; Jehová apresúrate a socorrerme” (Salmo 40: 12-13). “Gócense y alégrense en ti todos los que te buscan…Aunque afligido yo y necesitado, Jehová pensará en mí. Mi ayuda y mi libertador eres tú; Dios mío no te tardes” (40: 16-17).
He sido tan bendecido y consolado por esta línea en el verso 17: “Jehová pensará en mí.” Imagine eso. El Señor Dios que creó todas las cosas, el Dios de este universo, está pensando en mí.
Aún ahora, en esta misma hora, sus pensamientos son acerca de usted, en su hora de necesidad.
Cuando Israel estaba cautivo en Babilonia, lamentándose de la pérdida de casas y familias, y soportando aflicciones y problemas, Dios les envió una palabra a través de Jeremías: “Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis” (Jeremías 29:11). Dios le dijo a su pueblo, “Vuestra pesadilla va a terminar. Yo sólo tengo pensamientos buenos, amorosos para con vosotros, y si me buscáis con todo vuestro corazón, me encontraréis” (ver Jeremías 29:11-13).
Dios no está enojado con usted. Personas santas son afligidas, así que no vacile en su confianza en él. En tiempos de estrés y sentimientos de soledad y penas, ore. Derrame su corazón al Señor. Él está pensando en usted – y él está trabajando para usted.
Más bien, yo recibo tantas cartas de preciosos seguidores de Jesús, los cuales están viviendo con penas profundas y situaciones de crisis increíbles: divorcio, hijos drogadictos o en prisiones, la muerte de un conyugue. Una mujer que está tan enamorada de Jesús acaba de perder a sus tres hijos que murieron sofocados en un fuego. Un pastor se lamenta por su esposa, la cual lo dejó a él y a sus hijos por una amante lesbiana. Y son muchas las personas devotas que están abrumadas con penas y dolores.
Tengo un mensaje para usted que está sufriendo dolor y pena, usted que está viviendo con lamento o dolor. En el Salmo 40, David clamó, “Me han rodeado males sin número…Quieras, oh Jehová, librarme; Jehová apresúrate a socorrerme” (Salmo 40: 12-13). “Gócense y alégrense en ti todos los que te buscan…Aunque afligido yo y necesitado, Jehová pensará en mí. Mi ayuda y mi libertador eres tú; Dios mío no te tardes” (40: 16-17).
He sido tan bendecido y consolado por esta línea en el verso 17: “Jehová pensará en mí.” Imagine eso. El Señor Dios que creó todas las cosas, el Dios de este universo, está pensando en mí.
Aún ahora, en esta misma hora, sus pensamientos son acerca de usted, en su hora de necesidad.
Cuando Israel estaba cautivo en Babilonia, lamentándose de la pérdida de casas y familias, y soportando aflicciones y problemas, Dios les envió una palabra a través de Jeremías: “Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis” (Jeremías 29:11). Dios le dijo a su pueblo, “Vuestra pesadilla va a terminar. Yo sólo tengo pensamientos buenos, amorosos para con vosotros, y si me buscáis con todo vuestro corazón, me encontraréis” (ver Jeremías 29:11-13).
Dios no está enojado con usted. Personas santas son afligidas, así que no vacile en su confianza en él. En tiempos de estrés y sentimientos de soledad y penas, ore. Derrame su corazón al Señor. Él está pensando en usted – y él está trabajando para usted.
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