Nació Carlos G. Finney, en Warren, estado de Connecticut, Estado Unidos, en el año 1792. Sus padres, poco religiosos, no influyeron ventajosamente en la vida espiritual de su hijo. Estudió para la abogacía en una aldea de Nueva York, donde el Rdo. Jorge Gale se interesó en la conversación del joven abogado de veintiséis años. Cada lunes el ministro le hacía una visita y sus conversaciones versaban sobre las cosas del Espíritu. El señor Finney se interesó en las cuestiones teológicas y no sólo comenzó a asistir a los cultos dominicales sino también a los cultos de oración social. El joven abogado empezó a hacer investigaciones en su Biblia y luego reconoció que era inconverso. Un domingo, en el otoño de 1821, determinó hacer la paz con Dios; pero pasaron varios días antes de hacer su rendición incondicional. Cuando Finney supo que sus pecados habían sido perdonados, se sintió gozoso que tuvo que ir a las calles para decírselo a otros. Abandonó luego la abogacía y se preparó para el ministerio, recibiendo licencia de una iglesia presbiteriana para predicar en el año 1824. Por unos diez años se dedicó a la obra de evangelista con éxito extraordinario.El Rdo. Finney sirvió como pastor de la Iglesia “Tabernáculo de Broadway” (congregacional) de Nueva York, por dos años; y en 1837 aceptó el pastorado de la Iglesia Congregacional de Oberlin, y fue catedrático de teología de la Universidad de Oberlin hasta 1851 cuando le hicieron presidente de dicho plantel. Dos veces visitó a Inglaterra para dirigir campañas de evangelización. Fundó la revista “The Oberlin Evangelist” en 1839 y la editó hasta el año de 1863. El alma del gran evangelista pasó a mejor mundo en 1875.


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